4

Si esto es verdad, -pensó Maísa – no tendría que esperar varias generaciones invirtiendo mi tiempo para cambiar la condición de cucaracha de mi especie. Tal vez exista un método más directo.

La forma como D. Zepherat abordó el asunto impresionó a Maísa

¿Cómo podría, con un pequeño discurso hablar tanta cosa, alguien que no leía las ideas filosóficas de los seres humanos? La sabiduría es inherente a las personas, cada uno que la riegue para que ella crezca.

Entonces recelosa y al mismo tiempo ansiosa, cuestionó a la amable señora:

¿Crees que si existe una “Señora Naturaleza”, Ella me escuchará? ¿A mí? Una simple y asquerosa cucaracha? No creo D. Zepherat, pero estoy tan triste e insatisfecha con mi posición de decompositora, que haría cualquier cosa para cambiarme.