- Zepherat esbozó una sonrisa de felicidad hacia Maísa, la abrazó y fue a su trabajo, buscar materiales para hacer el nido para las futuras generaciones. Pero salió de allí, llena de una esperanza que antes no tenía después de esta breve conversación con Maísa.
(Volviendo a Maísa, sus consideraciones y la comunidad):
A varias cucarachas les incomodaba que Maísa quería ser ella misma, por querer decidir por sí misma sin sentirse llevada por la corriente. Entonces las cucarachas más viejas que ella, que ya estaban casadas y madres de varias generaciones, preguntaban si Maísa nunca se casaría.
Y la respuesta de Maísa era siempre la misma:
“¡No llego a pensar la simple idea de noviar con un cucaracho asqueroso!”
Ellas lo creían muy gracioso, y preguntaban:
“Si no es un cucaracho, ¿con quién vas a salir?”
“Si la única opción es un cucaracho… Seguro me quedar soltera por el resto de mi vida… No me metan en eso” –Les decía Maísa–
Y las cucarachas se reían hasta la muerte.