Maísa contenta le agradeció:
-“Gracias bondadosa Señora por enseñarme esa lección, si usted me hubiese transformado en una oruga, seguramente no me gustaría y nuevamente reclamaría de mi situación física, ahora sabiendo por el proceso que debo pasar es fácil decidir si deseo quedarme como una mariposa. Gracias también por la oportunidad, pero pienso que no me voy arrepentir. Sí, vale la pena pagar el precio para convertirme en una mariposa.”
A partir de ese momento en un huevo de mariposa, Maísa entró.
En una oruga se transformó. Una pupa ella creó.
El tiempo pasó y en una hermosa mariposa Marrón Maísa se transformó…
Así surgió la mariposa marrón.
Cuando una mariposa marrón por ti pase, recuerda que podría ser Maísa a volar